Se trata de transmutar lo «no deseable» en «lo valioso», es decir transmutar el plomo en oro, la naturaleza inferior en la superior, la materia en Espíritu, etc.
«La pretendida sabiduría de los hombres es locura ante Dios».
«El verdadero sabio, sabe, que no sabe nada».
Todo entidad consciente en el Universo se encuentra en el interior de una entidad mayor, más elevada, y ésta actúa como maestro «o dios» de la entidad inferior, ayudándole a elevar su consciencia. Así desde la consciencia mineral hasta la consciencia universal.
Dice Lao Tse:
Si diriges tu mirada hacia el exterior, sólo percibirás una parte del mundo.
Si percibes sólo una parte del mundo, entonces también tu comprensión será parcial.
Y de este modo, tu verdad, tu amor, tu sabiduría, tu fuerza y tu voluntad serán limitados.
Hay muchos que van hasta los límites de lo que pueden percibir exteriormente, y se pierden finalmente en la irracionalidad de lo parcial y lo limitado.
Otros vuelven su mirada hacia lo interior y también se pierden finalmente en lo irracional de lo que ellos perciben interiormente.
Y algunos dirigen su mirada hacia el Punto Central en sí mismos, y así perciben la Fuente de donde todo brota y a donde todo regresa.
Si orientas tu ser hacia la Fuente que está en ti y vuelves así al Origen, entonces contemplas en Ella y por Ella la totalidad del mundo, tanto su interior como su exterior.
Pues este Punto Central es semejante a ti, a la totalidad del mundo y a todo lo que existe en él.
Y, por ello, este Punto Central penetra todo el mundo, es decir todas sus partes visibles e invisibles, todas sus partes comprensibles e incomprensibles.
Y, por ello, este Punto Central abarca al mismo tiempo la totalidad del mundo.
Y tú también eres mantenido y sostenido por él.
Y si te sabes mantenido y sostenido por él, cómo podrían morar aún en ti el miedo, la preocupación y todo lo demás que brota de la raíz de la naturaleza?
Cuando en ti no puede mantenerse ningún miedo por la existencia, se apaga entonces el fuego de todo tormento, desaparece de ti la raíz de todo mal y te conviertes en un niño.
Si has alcanzado este estado de niño, entonces has ganado la Unidad. Si has ganado la Unidad, entonces reconoces por ella la dualidad. Si reconoces la dualidad, reconoces la multiplicidad.
Y así reconoces al mundo en su totalidad. Por ello piensa en estas palabras:
¡Se conoce el mundo sin salir del portal!