Mi interpretación es similar a la de Enrique, normalmente cuando hablamos de espíritu tendemos a trazar una línea entre una cosa y otra, casi que se nos obliga a vivir divididos, negar para alcanzar, pero el conocimiento no es un objeto independiente de sus conexiones, de sus contextos, del ser que aprende y por ende de toda su subjetividad. Así pues,desde mi perspectiva no es la satisfacción de necesidades la que nos dificulta el camino hacía el conocimiento, sino el objetivo que se traza al caminar, el camino que observa como posible el caminante y aún más cómo se percibe el caminante en relación con la posibilidad de hallar el conocimiento.
Por eso desde mi interpretación las líneas son una invitación a aceptar que tenemos necesidades y el valor de suplirlas, al hacerlo nos da la posibilidad de seguir adelante y ver más allá, con la certeza de que ellas no limitan nuestro andar, si están o no están satisfechas porque ambos estados han sido vividos y disfrutados, así estamos preparados para continuar con el avance del espíritu, no desde el dar a los demás lo que nos sobra o poseemos, sino desde el avanzar en nuestro camino más allá de la satisfacción propia o de los demás en sus necesidades, más allá de las falsas percepciones de lo que requerimos para llegar al conocimiento, de lo que necesitamos para ser o andar el camino deseado.