Cuando percibamos cada momento nuestro entorno ,como expresión de la Magnificencia de la Divinidad ,y eso implica verla en la más insignificante mota de polvo , verla en el prójimo y sobre todo verla en nosotros mismos seremos capaces de detenernos y virar de forma radical el timón de nuestra conciencia. Hay momentos que esa chispa brota y nuestra mirada se vuelve , trascendente ; pero luego el caos interno se apodera y nos vela esa percepción (por lo menos en lo que a mi me consta como ente con conciencia separada), sera que por eso es necesario el cincel de lasxperiencias que de nuevo nos brinden la posibilidad de detenernos en el oscilante ying yang y remirar-nos con el interrogante sobre las seguridades inamovibles que nos anclan , preguntándonos si son todo lo convenientes que creemos, todo lo certeras y validas , todo lo justas y adecuadas a nuestro propósito de volvernos Universales.