15/11/2017 a las 18:19
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Invitado
Es tan grande el poder de la inteligencia del corazón y la evidencia cada vez mayor para el buen observador de que a través de ella estamos todos inter conectados, que cuando una persona está cursando una depresión o sufriendo algún problema significativo para ella y persistente, alguna otra persona vinculada afectivamente con ella, o incluso un animalito de su casa, suele enfermarse. Este ser se convierte así en «órgano de somatización secundario» del mal físico, psicológico, emocional o espiritual, que aqueja a la primera. El hacernos responsables de lo que pensamos y sentimos, es así una parte indispensable de nuestra responsabilidad para con todo lo que existe. Es el amor responsable.