21/01/2021 a las 21:56
#9678
Invitado
De manera clara, y en la misma linea que lo expresa Kahlil, lo dice Mikhail Naimy:
¿Cómo alcanza el santo la santidad, si no eliminando de su corriente sanguínea todo deseo y todo pensamiento incompatible con la santidad, para después dirigirlo con una resulta voluntad a no buscar más que la santidad?.
Entonces orar no es más que sembrar en nuestros glóbulos aquello que queremos que se haga realidad. Al sembrarlo se logra que estén totalmente equipados para obrar en consecuencia. Orar es preparar el torrente sanguíneo para que sirva a la voluntad en lo que realmente queremos que se haga realidad. Es infundir un deseo director, una voluntad directora.